Os enlazo un artículo de Màrius Fort, periodista de La Vanguardia sobre Khan Academy.
La razón de enlazarlo la podéis ver clara en el último párrafo. Qué se le va a hacer, a uno le hace ilusión cosas pequeñas. Debe ser el provincialismo subconsciente o algo así.
La verdad es que espero sinceramente que Khan Academy no sea el futuro de la educación. No le quito méritos ni nada por el estilo porque han hecho una gran labor, me gusta mucho que la cultura esté al alcance de cualquiera en internet y todo eso. Además el software que tiene para los ejercicios es bastante útil para el profesor porque te da un feed back muy bueno de lo que hacen los alumnos.
Pero creo que no es la solución. Y no solo porque pienso que la educación (al principio de la vida de una persona al menos) tiene un factor interpersonal muy importante. Lo que opino es que es más de lo mismo con otro formato. Si alguna vez habéis utilizado una pizarra digital igual podéis haceros una idea de a lo que me refiero. Al principio los alumnos se quedan alucinados pero la novedad no mantiene la atención más de una clase. Desde mi punto de vista, la metodología tiene un error que hemos cometido muchos (me incluyo, utilizo presentaciones para mis clases) que es el de disfrazar la manera de dar clases. No lo hacemos de mala fe, buscamos una manera de atraer a los alumnos pero nos equivocamos porque no variamos más que el envoltorio. Estas ideas las explica muy bien Carlos Morales Socorro, un profesor de Canarias en alguna de sus ponencias.