La semana pasada tuve con mis alumnos de 2º uno de esos momentos que hacen que esta profesión sea genial.
Estaban trabajando en el problema del Papá Noel veloz que aparece en una entrada anterior. Prácticamente todos lo resolvieron son apenas ayuda. Así qué yo estaba más que contento.
Había una pareja a los que no se les da muy bien la asignatura. Repiten, han suspendido la primera evaluación y es difícil engancharlos. Me llamaron y la primera idea que tuvieron no funcionaba. La chica me dijo al ver su fracaso “Nos hace falta alguien listo”. Les di ánimos y les ayudé mínimamente a que lo resolvieran y la segunda vez que me llamaron ya lo habían conseguido.
No sé quién se sintió mejor.
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